Seguramente al encontrar un articulo de estos te parecerá poco interesante ya que aborda un tema no muy común en el quehacer cotidiano en donde nos enfrentamos al trabajo practico, la acción como diríamos y no el análisis de una situación que por muchos años esta quedando aun con vacíos en el engranaje que mueve el sistema social del Perú.
En nuestros tiempos, tiempos considerados como del desarrollo científico y tecnológico no tenemos un momento ya para detenernos a pensar y analizar nuestra realidad, la realidad de nuestro entorno, pues todo pasa demasiado rápido y hasta las noticias de hoy ya mañana no se comentan y en una semana menos aun.
Sin embargo todavía existen indicios de que se esta trabajando con la intensión de contribuir a mejorar nuestra situación cultural peruana y eso lo siguen demostrando aquellos académicos que se toman minutos u horas de su tiempo para producir conocimiento o vivencias producto de su experiencia.
Ante esto la pregunta seria ¿Que estamos haciendo por Gestionar nuestra Cultura?, ¿Que relación tiene esta con nuestra educación, aquella que se imparte en las instituciones educativas y en casa?.
Antes de iniciar una corta pero significativa descripción del estado de nuestra gestión cultural en el norte chico del Perú producto de un análisis estratégico desarrollado con el interés de mejorar nuestra situación; quisiéramos introducirnos en la conceptualización de lo que comprende gestionar; sobre el particular muchas personas dicen que gestiona es el que esta detrás de un escritorio y es ademas aquel que todo el día esta dando ordenes o que es lo mismo que administrar una oficina; pues si pensamos así estamos algo equivocado pero entremos al tema; gestionar es comprendida como la acción de establecer objetivos, definir estrategias y políticas y vigilar su realización con miras a producir resultados en un proceso que debe ser dinámico como base para tener éxito en toda gestión pues gestionar no es pasividad sino movimiento.
La preocupación que nos embarga motivo de este articulo es esa pasividad, pues en el tema cultural tenemos una gama de posibilidades de desarrollo pero si no partimos por establecer una política cultural participativa permanente en el sistema educativo sea este a nivel escolar, inicial, primaria o secundario o en el caso de la educación superior universitaria y no universitaria, la cultura producto del trabajo social que nos pertenece a todos dejara de cumplir su rol de socializar y cohesionar los grupos de una determinada área geográfica y es por ello que debe estar en permanente desarrollo con miras de lograr ser accesible a todos los estratos sociales y sin permitir que permanezca como en el pasado solo para aquellos que tienen posibilidades económicas o pertenecen a una determinada familia o clase. La cultura de un pueblo debe mantenerse viva pero esta debe difundirse para empezar a través de los medios y sistemas contemporáneos de información utilizando el bien llamado Marketing Cultural, nuestras autoridades educativas deben seleccionar los contenidos y las estrategias optimas para lograr promover como debe ser la cultura de nuestros pueblos en cada distrito o provincia y sin caer en el tremendo error del pasado que a través del uso del patrimonio cultural de otros pueblos nos olvidamos de nuestras tradiciones con la justificación que en nuestra región o en nuestros distritos no hay folclore, no hay música propia o no hay cultura propia, necesitamos hacer un cambio y eso queda en el compromiso que asuman también nuestros maestros de las diversas especialidades y nuestros maestros investigadores.